Entrevista al alumni Joan Borguñó, un artista multimedia con perfil internacional

Joan Borguñó es alumni del grado en Multimedia del CITM. Todos recordamos la fantástica trilogía Polyworld que presentó como TFG en 2016, y que sin duda ha sido la mejor carta de presentación para abrirse camino hacia este espectacular currículum en empresas de animación tan reconocidas como Framestore, Moving Pictures Company o Trixter. En los últimos años, ha trabajado en Londres y Berlín en grandes producciones como Fantastic Beasts 2, Christopher Robin o The Lion King de Disney y actualmente es animador 3D freelance en el estudio Ustwo Games de Londres, responsable del exitoso juego Monument Valley. Repasamos toda su intensa trayectoria en esta entrevista.

  • ¿Tu presente profesional como animador 3D es lo que te imaginabas cuando comenzaste tus estudios en el CITM?

En mi caso, hasta prácticamente el final del 4º curso del grado en Multimedia, no empecé a tener una idea de por dónde ir. A pesar de mi primer trabajo, yo seguía sin tener claro mi perfil. Todo era ir probando, experimentando … Poco a poco, fui llegando a la conclusión de que la animación hacía tiempo que me interesaba. Era donde más tiempo invertía, tanto en mi TFG como en los mismos estudios. Fui descubriendo que era lo que más me gustaba y, por tanto, valía la pena luchar.

Ahora, en mi presente profesional, creo que incluso es mejor de lo que imaginaba, pero también tengo muy claro lo que quiero. Y eso es algo que te vas construyendo tu mismo, paso a paso, y que nunca dejas de hacer.

  • Te iniciaste en el mundo laboral con un convenio de cooperación educativa como CGI artist en la productora EGM de Barcelona. ¿Cómo recuerdas aquella etapa?

Recuerdo que primero fue muy emocionante, porque nada más entrar vi gente con megaordenadores, megapantallas, con proyectos visualmente muy espectaculares y que normalmente podían acabar en la televisión. De repente, todo lo que me habían contado en la Universidad se visualiza en un entorno real y, además, podía participar directamente. Fue muy estimulante, todo muy intenso y divertido a la vez.

Pero enseguida noté que todo aquel entorno de trabajo no me llamaba del todo. Esto ya depende mucho de cada uno. Yo quería algo diferente, ya que el tipo de proyectos y todo lo que rodea el mundo de la publicidad no acababa de atraerme suficiente.

Empecé a hacer proyectos secundarios en casa, con el fin de crecer profesionalmente en otro ámbito. La etapa de EGM fue importante para averiguar lo que me gustaba y lo que no. Dentro del mundo 3D, a pesar de mis dudas, confirmé que la animación es lo que más me ilusionaba. Y desde ese momento, ya tuve muy claro mi objetivo: encontrar trabajo de animador.

  • Después hiciste un salto espectacular y fuiste a Londres a trabajar a Framestore, una empresa potente que realiza grandes producciones de ficción. ¿Cómo conseguiste entrar en una compañía de este nivel?

Framestore es un contacto que había conseguido yendo a ferias y festivales de efectos especiales y de animación de España. Este tema es importante. Lo aconsejo mucho a estudiantes y júniors, tanto por un tema de conexiones profesionales como para comprobar qué nivel hay en la industria, pero sobre todo para ver cómo se mueven las empresas. Es muy fácil encontrar el vídeo reel de una empresa y ver qué hacen: películas, animaciones, lo que sea… Pero en estos sitios tienes la oportunidad de hablar directamente con un artista de la empresa, que te puede explicar cómo realizan una animación concreta y, incluso, te puede dar consejos de cómo entrar.

Recuerdo que el salto que hice en este caso, fue una combinación de mucha suerte y de prepararme a fondo, en muy poco tiempo. En estos festivales vi que necesitaba trabajar mi nivel de calidad en los proyectos. Enseguida, invertí tiempo y formación en el campo en el que quería especializarme. Me apunté a un taller de animación en línea enfocado a criaturas de efectos especiales, y realicé una pieza de animación de un mono subiendo a un árbol, que se convirtió en mi primera pieza de animación en mi video reel, con calidad de película. Gracias a esta pieza mi nivel de animador se multiplicó por 10 y tuve la gran suerte de que justo la productora Framestore buscara gente para El Libro de la Selva, para una nueva versión de Mowgli. Al ver mi mono les interesó, ya que necesitaban gente con perfil júnior que animara monos. Así fue como me contrataron.

Vídeo con la experiencia de la llegada a Londres:

 

 

 

 

 

 

 

  • ¿En qué trabajos más participaste durante esta etapa?

Después de estar una semana, me dijeron de ir a trabajar a unos estudios que tenían en las afueras de Londres donde realizaban producciones de la Warner. En ese momento, con las ganas de aprender que yo tenía, dije que sí. Así entré en Fantastic Beasts 2, la segunda producción que hice. Sin saberlo, me metí en un tema que se llama Previz, que es un perfil profesional totalmente diferente. Se trata de los profesionales que durante el rodaje de una película están rehaciendo constantemente el 3D con una calidad muy baja, para que los actores sepan qué hacer, qué decir y cómo interactuar. Para eso se llevaron a cuatro figuras de la animación y a dos júniors, uno de los cuales estaba yo.

Pasa el tiempo y cambio a otro proyecto: Christopher Robin. Hacia el final de la producción, un día cualquiera estoy en el estudio tranquilamente animando, cuando sin previo aviso me llama la responsable de producción para hablar a solas. Yo tenía contrato para 4 meses más, así que lo primero que me vino a la cabeza fue: «Fantástico, ahora me dirán en qué otro proyecto quiero trabajar». Para sorpresa mía, resulta que me dice que no tienen ahora ningún otro trabajo en vista y que han de rescindirme el contrato prematuramente. «Mañana es tu último día», me dijeron. Me quedé parado, por supuesto, pero a la vez el chip de «OK, ¿y ahora qué hago?» es lo que se empezaba a encender en mi cabeza.

Pasé tres semanas en casa encerrado trabajando en una pieza de animación de un niño con un monstruo para plasmar todo lo que había aprendido en Framestore. Y durante esta etapa, contactaron conmigo los de Moving Pictures Company (MPC).

  • Cuando entras a trabajar en la prestigiosa Moving Pictures Company participas como animador 3D en la nueva producción de Disney El Rey León. ¿Cómo viviste esta experiencia?

Sí, en MPC entré a trabajar en la producción de Disney El Rey León. En primer lugar, ves cómo es trabajar en una gran producción y te sientes muy feliz, pero a la vez te das cuenta de la brutal competencia que hay en la industria. Sobre todo en Londres, que dentro de los VFX y la animación, ahora mismo es la primera ciudad europea en mayor número y calidad de empresas y producciones. Sin embargo, entre los animadores también hacíamos mucha piña, es un mix curioso.

Parece que lo hice bien y pude ir escalando perfiles. En un momento dado, me dieron planos, es decir, secuencias protagonistas de la película. Y por dentro, para mí fue como un «¡Uau!! ¡Lo he conseguido!». Comentar que en la sala donde yo trabajaba, quizás éramos 60 animadores. A pesar de la rivalidad también podías pedir consejos, aclarar dudas y, en definitiva, aprender muchísimo.

  •  En este contexto de competitividad que comentas, ¿cómo puedes marcar la diferencia para afinar tu trabajo al máximo?

Llegas a afinar tu trabajo a niveles estratosféricos. La pasión por el trabajo es también una buena herramienta para marcar la diferencia y, sobre todo, es importante ser eficiente y tener muy claro qué es lo que te piden. A veces en la misma sala donde trabajabas veías que despedían a algunos animadores por no tener el nivel o no entender el feedback del supervisor.

  • Después dejas Londres para ir a Berlín. ¿Por qué?

Con toda esta competencia, no solamente interna, sino también entre productoras, las empresas empezaron a bajar costes para poder optar a nuevos proyectos. Esto influía en que cada vez pagaban menos y los trabajadores tenían la sensación de que se les estaba explotando. Cuando El Rey León terminó, salté a la producción de Maléfica.

Pero claro, estas políticas empresariales de competencia las aceptas cuando tienes un Rey León, por prestigio y currículum, y porque puedes aprender muchísimo… Esta política de empresa, sin embargo, no encaja demasiado con mis valores. Maléfica era una producción que no me interesaba especialmente. Además, se sumaron temas personales muy importantes. Por ello, en un momento dado, decido hacer un replanteamiento profesional. De hecho, me comunicaron que estaban contentos conmigo y, por tanto, irme fue una decisión mía.

Y cuando quieres cambiar o encontrar trabajo, a mí me gusta hablar de las «Bolas de Dragón». Haces una buena selección de lugares y países y… «¡Fiu! ¡Envías las bolas de dragón!». Esto viene a decir que envías tu CV y ​​video reel a diferentes partes del planeta como las bolas de la mítica serie de Goku. Envié a todas partes: Canadá, Nueva Zelanda, Europa… Y en este caso fue Berlín y, concretamente, la empresa Trixter quien contestó. Necesitaban animadores y les gustó mi perfil.

  • Subiste a la nube Kinton y hacia Berlín …

Exactamente, y también cogí un buen puñado de judías mágicas por si las moscas…

Allí trabajé en una película que es la adaptación de un libro bastante conocido en Alemania, Las Crónicas de un Canguro. Trata sobre un canguro antifascista que vive en Berlín y que está constantemente tocando las narices a su compañero de piso. El trabajo era con actores reales y el canguro era CGI, obviamente. Necesitaban gente que tocara Mocap y a partir de la captación del movimiento pudiera animar faciales. Como en El Rey León yo había animado con la misma tecnología de faciales que ellos, me cogieron. Estuve animando en alemán y claro, el lipsync, que es la animación con la boca cuando alguien habla, era en alemán y, claro, fue todo un reto, pues yo todavía no hablaba nada del idioma.

Mi Lead de proyecto, que sí es alemán, cogió todas las escenas donde aparecía el canguro y destacó sus diálogos remarcando mucho todos los fonemas para que yo pudiera ver los movimientos de la boca. Me gustó mucho, ya que durante este proceso yo estaba estudiando alemán, por mi cuenta, y hubo un momento que sabía lo suficiente para reconocer qué fonemas había. Esto te ayuda mucho con la animación para conocer cómo colocar los labios, la lengua y, en general, todos los movimientos que realizamos cuando hablamos. A partir de ahí, se hizo muy divertido.

  • ¿Qué aprendiste de esta nueva etapa?

En Berlín noté, sobre todo, mucha más confianza personal. Me daban planos difíciles y enseguida decía «OK, muy bien, vamos». Aquí también se notaba la filosofía de la empresa, al contrario del ambiente tenso y competitivo de una gran productora como MPC. Esta era una organización más pequeña y más familiar donde los artistas están muy cuidados. Y esto se traducía en que yo tenía más libertad y más autoconfianza a la hora de trabajar. Pude confirmar todo lo que había aprendido en Londres y comprobar que como animador había crecido.

Tráiler del proyecto Las Crónicas de un Canguro:

 

 

 

 

 

 

 

  • Después vuelves a Londres y trabajas como freelance para Ustwo Games. ¿Qué nos puedes contar de tu momento profesional actual?

Bueno, a partir de la experiencia en Berlín, que me hizo crecer mucho personalmente y laboralmente, comienzo a reflexionar hacia dónde quiero ir. Es decir, si sigo con grandes producciones de animación para poder ir escalando posiciones a lead o supervisor y tener un muy buen sueldo.

Pero personalmente no acabo de identificarme con este camino. Durante mi vida en Berlín también me empecé a cultivar personalmente, descubrí nuevas aficiones como el baile, y se convirtió en una experiencia que de repente me enseñó otro mundo menos individualista y competitivo. Este conjunto de experiencias nuevas me llenaban mucho, comprobé que realmente prefería trabajar en una empresa más pequeña, de tipo más familiar, donde el trato humano tiene más importancia, y sobre todo tener tiempo para disfrutar de la experiencia social en el extranjero. Claro, tenía sentimientos cruzados, en Londres hay grandes producciones donde pagan muy bien, pero en estos entornos más cercanos estoy descubriendo que a nivel personal me lo paso mejor.

En Trixter me ofrecieron trabajar durante tres semanas en un proyecto de Marvel, pero seguramente después ya no tendrían otro proyecto donde incluirme.

Por lo tanto, volví a hacer «Bolas de Dragón». Esta vez fui muy selectivo y fue una casualidad que la empresa que buscaba un perfil similar al mío era Ustwo Games en Londres, la productora en la que estoy trabajando ahora.

Por lo tanto, cuando terminé la producción en Trixter vine rápidamente a Londres. Para ponerte un ejemplo de cómo son en Ustwo, cuando pasó todo lo de la Covid-19, lo primero fue notificar a todos sus trabajadores que se olvidaran de los deadlines de sus tareas. Se aseguraron de que todos estaban bien en sus casas, y de que tuviéramos buenas sillas, pantallas, recursos técnicos, etc. Cuando comprobaron que todo estaba bien, informaron al cliente de las nuevas medidas y también que se veían obligados a modificar los plazos. El cliente, que en este caso era Apple, contestó que lo entendía y que lo aceptaba. Punto. ¡Y ya está! Esto mismo, en el 90% de empresas actuales, incluidas por las que había pasado, no hubiera sido así. Es más, escuché historias de compañeros que las condiciones laborales les habían incluso empeorado durante la Covid-19.

De esta nueva experiencia con Ustwo hay algo fabuloso que puedo destacar. Aquí soy artista 3D freelance, es decir, no hago solo animaciones. Cojo los conceptos de los personajes y los trabajo hasta la etapa final, me encargo de que funcionen bien una vez en el Engine.

  • ¿Puedes crear tu propio estilo en el trabajo que desarrollas en estas productoras?

Todo depende de la etapa del proyecto, si estás en preproducción puedes proponer unos movimientos o, incluso, unos estados de ánimo que presentas a tu supervisor. Este le comenta al director y, si a este le gusta, entonces lo puedes poner en marcha. Dentro de la producción estás limitado por el mismo personaje que ya se ha definido en preproducción, puedes hacer pequeños cambios en la animación siempre que lo vean claro, pero siempre dentro del briefing que tienes sobre la mesa. Dónde estoy ahora, trabajamos más en función de lo que necesita el equipo y me pide mi Lead. Igual me llega el encargo de animar un animalito dando saltos de alegría porque un médico le ha curado. Claro, ¿cómo representas a un animal muy contento? Es una idea muy abstracta, por tanto aquí sí puedes crear propuestas, mostrar tu estilo y tu forma de trabajar. En este proyecto sí me siento mucho más creativo, y eso a nivel personal me llena mucho más.

  • ¿Cómo ves hoy tu futuro profesional dentro del mercado laboral en el que te mueves?

El mundo de la animación es extremadamente cambiante y, por tanto, tienes que estar muy abierto de mente. Ya ves que de un día a otro te pueden despedir y te tienes que buscar la vida. Pero sobre todo, tienes que estar muy enchufado al círculo de contactos y aprender a moverte y hacerte valer. Ser un culo inquieto y nunca dejar de aprender. Cuando me preguntan de qué trabajo, a mí no me gusta decir que soy animador, digo que soy artista multimedia y que creo contenidos digitales. Es probable que el trabajo que conozco ahora como animador cambie tan pronto …

  • ¿Qué les recomendarías a los alumnos del CITM: «bolas de dragón» y muchas ganas?

Recomiendo que se conviertan en «generalistas especializados». Que elijan un área que les llame la atención, que hagan algún curso para evolucionar y reafirmar que les gusta. Pero, al mismo tiempo, también recomiendo que busquen otras competencias ajenas a la especialización que sin embargo las refuerce y les dé más oportunidades. Un ejemplo sería aprender bien el inglés para optar a trabajos en el extranjero. Otro ejemplo podría ser hacer un curso sobre hablar en público y aprender a comunicar mejor tus ideas y decisiones en tu entorno de trabajo.

También quiero insistir en tener claro que es un ámbito con muchos cambios y que te tienes que adaptar, tienes que ir escalando tus montañas y siempre seguir abierto a nuevas posibilidades.

A la larga, y con los años, te darás cuenta de qué estilo de vida te hace feliz. Quizás ahora tienes claro que quieres hacer tu propio videojuego, pero con los años te das cuenta de que en realidad te hace más feliz la estabilidad y seguridad de una posición fija en una gran empresa que te dé tiempo libre con tu familia. O quizás te pasa como a mí, que solo el hecho de vivir en el extranjero nos llena a niveles brutales. Esto no lo encontrarás quedándote en casa pensando. Tienes que salir, probar, conocer, ser muy curioso y no dejar de mirar dentro de ti para buscar… Tanto cliché como suena: conocerse a uno mismo. En mi caso, soy muy soñador y emocional. Conocerme, más y más, con los años me ha llevado a definir mejor el camino por donde paso. Cada camino tiene sus ventajas e inconvenientes, y no hay uno mejor y peor: hay el adecuado para ti. Y lo encuentras caminando y tropezando mucho, no mirando qué dice el Google Maps… ¡o incluso tipos como yo!

¡Así que después de esta retahíla filosófica solamente me queda decirte: mucha paciencia, determinación, y disfrutar del camino!

Animation reel de Joan Borguñó:

 

 

 

 

 

 

 

 

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